UNA CALLE PARA DOS
Esa noche el frió helaba los huesos. Buscaba
abrigarse con sus propios abrazos, esa misma noche, cuando ya pensaba largarse
a su casa, ella apareció a lo lejos con su vestido, que se mecía al compás del
viento, como si la noche fuera eterna caminaba lentamente. Él le escucho
pronunciar su nombre como adivinando que estaba por marcharse.
El
observaba cual pirata a su tesoro. Boto el pucho del cigarro, acelerando
sus pasos, fue a su encuentro. La tenía en sus brazos, el perfume que de ella
se desprendía, lo aturdía, busco sus labios, la beso desquitándose todo lo
esperado, en medio de la calla desierta sus manos no daban tregua a sus
caricias, su novia a diferencia de otras noches olía diferente; estaba callada demasiado silenciosa,
el supuso que había burlado la vigilancia, por eso llevaba tan poco abrigo en
esa noche tan fría.
La tenía en sus brazos, cuando el perro del
viejo Juan, paso dando alaridos, como si algo lo hubiera lastimado, fue en ese
momento el que lo volvió a la realidad: su beso de despedida a sus amada fue
triste como cada noche. El escucho cuando ella se marchaba, siempre te amare,
como un pequeño eco en plena calle desierta.
Al amanecer, el marcho a su trabajo, pasando
por la vereda del frente a la casa de ella. Busco con la mirada la ventana
derecha, pero no logro ver nada y siguió su camino. Al atardecer volvió por el mismo camino con
la esperanza de verla en la ventana, se quedó inmóvil al ver a una vieja
regordeta que alzando una mano lo llamaba. Él se angustio por el problema que
se venía, acelero su paso, la vieja jadeando lo perseguía, llamándolo por su
nombre de pila, esos lo detuvo en seco. Siempre había escuchado de la boca de
las ancianas, llamarlo por adjetivos como, vagabundo, infeliz y otros. La
vieja, cogiendo su mano, lo llevo a la casa, cruzando la calle, ese perfume volvía
a sus sentidos, lo aturdía, lo sofocaba, cuando más cerca estaba de la puerta
su corazón se detenía por un instante ante un presentimiento, cuando sus ojos
vieron lo que nunca imagino. La noche se volvió más fría y oscura cuando
abrazado al cuerpo inerte de su amada sus recuerdos lo llevaron a la calle
donde siempre se encontraban.
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