LOCUTOR
Ella era la más bonita de su cuadra, muchos
volvían la mirada al verle pasar, incluso el jorobado de aquella vieja casa.
Esa noche Luz María, se ponía su blanco
camisón y encendía la radio, siempre a las nueve de la noche y esa voz,
varonil, ronca y profunda anunciaba la hora romántica. La música entre versos
acunaban los sueños de Luz María.
Ella dormía en los brazos del locutor que se hacía
llamar “El gigante del Romanticismo”.
Los meses pasaban, ella más enamorada del
locutor escribía largas cartas de amor para el locutor, fue tanto su amor que
en una de sus cartas le propuso una cita, ella fijo, el lugar, la hora, el día .Ella peino su cabellera con esmero, escogió el
vestido azul como sus ojos y llego
temprano al parque; bajo una palmera espero por el gigante de sus sueños.
A lo lejos alguien la observaba, extasiado
ante tanta belleza, pero volviendo a su vida real se marchó.
Esa noche Luz María lloro, como novia
abandonada y una vez más a las nueve encendió la radio; la voz varonil, anuncio
un mensaje para Luz María, fiel oyente del programa ;el recito un poema de un
hombre casado ya viejo que desiste del amor de una bella mujer.
Luz María lloro mucho ese y los demás día. Y
en la radio “El Gigante del Romanticismo” era consolado por sus colegas,
sobándole la joroba.
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