No te duermas sin rezar
Mi madre siempre decía no te duermas sin rezar,empieza que te estoy escuchando Antonie.
Yo obediente empezaba rezando el Ave María, el Padre Nuestro y terminaba rezando al Ángel de la Guarda,entonces mi madre decía en voz alta no te olvides... apaga la luz.
Hoy después de quince años debo decirles lectores, que llevo rezando desde los tres años,son doce años y creo que es suficiente.Mi madre alista maletas un viaje corto e improvisado.Como ya estoy lo suficientemente grande me quedare solo.
Son las once de la noche,hoy no rezo ya es suficiente doce años es mas que suficiente,hoy no rezo ya estoy grande.
Esta lloviendo con truenos y relámpagos , me parece que tocan la puerta con insistencia y la voz de mi madre se oye de tras de la puerta.Tardo un poco en abrir la puerta por los seguros y de pronto una voz alterada se oye en el marco de la puerta. Es un Ángel totalmente mojado,con barro en sus alas,con el rostro desencajado con lagrimas me reclamó-¡Oh ! por que mi niño ... hoy no rezaste.
Sus cabellos desordenados y con la ropa rasgada cargaba su espada llena de lodo,quiere gritarme pero rompe a llorar, con voz entrecortada me dice que llevaba peleando una batalla de quince años y tuvo que abandonar la pelea para venir a salvarme.Mirando mi mesa de noche y señalando las dos pastillas me abrazo. Todo quedo en silencio y una pequeña neblina ante mis ojos fue borrando al ángel. La voz de mi madre se podía oír a lo lejos, despierta mi hijo...
Carmen Soledad Peralta Morales- Diciembre 2018
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